Fragmentos Sueltos
Visita al MinoTauro
Algo sobre Trípoli
En el laberinto
La bestia
Entierra su cabeza en los vasos del abismo
En los extramuros
Al dios le cortan la cabeza
Oscura piel de humo
Acéfala ciudad que duerme
En la cama bajo la colcha de los remordimientos
En el sudor reaparece el tedio
Y la botella del insomnio esta descorchada
Y vacía
Lamiendo el aliento de la bestia humana
He visitado el terror congelado
La hipócrita dentadura de la madrugada
Tengo pena
Tristeza industrial
Sobrevuelo de nostalgia
He visto la cabeza rodar
Chorrear la sangre seca
He visto la historia en la arena
Cortando la garganta
Mutilando con su puñal
Uno a uno
Los cubos de carne que me atan al sueño
Duerme mi niño
Y duermo
La pesadilla es un hilo de cobre
Un cordel atado a la fiera del laberinto
Esta ves
El matadero despierta de su sueño
Aliña cuidadosamente las entrañas subversivas de la fiera
En el estómago del hombre
Un perro aruña el pasado
Y en la cocina descalza
Circular
Cerrada
Se fritan las tripas del odio
Duerme mi niño
La bestia esta muerta
De su carne se alimentara el mañana
Los buitres
El hambre mundial y su bondad
Y por sobre todo
El dios oscuro que se orina en la cama
Por que le da miedo las sombras del monstruo que lo asechan
Bajo las oscuras escaleras del recuerdo
Duerme mi niño
La bestia esta muerta
La pesadilla esta muerta
El laberinto esta muerto
Y el niño se echa a llorar
Sobre el cadáver ausente del sueño[1]
24 de marzo de 2011